Bienvenido a este mi cuaderno de bitácora

Querido visitante: gracias por pasar por aquí y leerme.
Aquí encontrarás ligeros divertimentos y algunas confidencias personales, pocas.
A mí me sirve de entretenimiento y si a ti también te distrae, ¡estupendo!.
Si, además, dejas un comentario... ¡miel sobre hojuelas! Un abrazo,
Guarismo.

sábado, 15 de enero de 2011

199. ¿Cómo estás?, en 400 palabras (ciento treinta y tres).

¿Cómo estás?

—¿Cómo estás?
—Bien, si no entramos en detalles.
—¿Qué detalles?
—¿Qué quieres que te cuente?
—Quiero que me cuentes todo, y con detalle.
—¡Vaya! Pues siéntate, que va para largo.
—¿Tan mal estás?
—No, yo no he dicho eso. He dicho que te sientes.
—¿Tanto tienes que contarme?
—No, en principio, pero si me pides detalles te los daré.
—O sea que no estás bien, ¿no?
—Vamos a ver: lo que te digo no indica que esté mal. Estoy bien, pero si te cuento todo creerás que no lo estoy tanto, cuando no es cierto.
—Pero antes me has dicho que estás bien si no entras en detalles.
—Es una forma de hablar; siempre hay algo, pero estoy bien.
—Me preocupa que me preguntes que si quiero que me cuentes. Eso es que algo te preocupa y no estás del todo bien.
—Insisto, es una frase hecha; estoy bien. Pero, si quieres, te cuento.
—¿Qué me vas a contar?
—Puedo entrar en detalles, contarte mi vida, mis preocupaciones, mis problemas, mis cuitas en definitiva, y también mis alegrías, mis satisfacciones, mis anhelos, mis planes... en fin, puedo contarte lo que tú quieras.
—No te enrolles. Sólo quiero saber cómo estás.
—Pues ya te lo dije: bien.
—¿Seguro?
—Seguro.
—Entonces, ¿por qué me dices que me vas a contar todo eso?
—Porque tú me lo has pedido.
—No, te confundes. Sólo me interesa saber si estás bien. Lo demás me trae al pairo.
—Bueno, pues si te digo que estoy bien, ¿por qué lo dudas?, ¿por qué preguntas otra vez?
—Sólo te pregunté una vez.
—No es cierto. Van por lo menos tres veces, o cuatro, y no te crees lo que te digo.
—Sí que me lo creo, pero tú me haces dudar.
—O sea, que no te lo crees.
—Sí.
—Sí qué, ¿que no te lo crees, que dudas, o que aceptas que estoy bien?
—Pues no sé, me estás haciendo un lío.
—Tú sabrás lo que quieres saber.
—Vamos a ver como te lo explico. Mi pregunta es muy sencilla: ¿CÓMO ESTÁS?
—Qué quieres, ¿empezar otra vez?
—Sí.
—Vale. Pregunta.
—¿Cómo estás?
—Bien. ¿Y tú?
—Bueno, más o menos.
—Vaya, cuéntame. ¿Qué te pasa?
—No, nada.
—¿Y a qué viene ese más o menos? Será por algo.
—No, por nada. Es que quizás me preocupo por ti.
—Pues no debes preocuparte, ¡joder!, ahora me preocupo yo.

No hay comentarios: