Bienvenido a este mi cuaderno de bitácora

Querido visitante: gracias por pasar por aquí y leerme.
Aquí encontrarás ligeros divertimentos y algunas confidencias personales, pocas.
A mí me sirve de entretenimiento y si a ti también te distrae, ¡estupendo!.
Si, además, dejas un comentario... ¡miel sobre hojuelas! Un abrazo,
Guarismo.

sábado, 27 de octubre de 2007

3. La mar y la playa

Las echo de menos.

La mar aquí, en Madrid, no se ve. "¡Háblame el mar, marinero, dime si es verdad lo que dicen de él; desde mi ventana no puedo yo verlo!". Cuando llego a mis playas de Cái, me encanta pasear por la arena y contemplar la mar.


Me seducen las olas. Son agua nueva que refresca todo, que refresca mi cuerpo y mi alma. Me quedo ratos contemplando cómo se forma la ola, cómo rompe, cómo muere lamiendo la arena. Sus restos retroceden hasta que su hermana menor la engulle, repitiendo el movimiento. Una y otra vez. A cada ola sucede otra. A veces alcanza una a la anterior en el momento de romper y rompen juntas. Entonces, la masa de agua es mayor y cubre más arena al morir. Es un espectáculo.


La playa. Limpia y solitaria, como a mí me gusta. Arena rubia. Arena virgen, cuando aún no fue pisada tras bajar la marea. Arena húmeda, si la mar la cubrió. Arena seca, si al sol le dio tiempo entre marea y marea. Arena fresca. De vez en cuando unas rocas, y rocas en los extremos, contra las que rompen las olas que no han querido lamer la arena.


De vez en cuando gaviotas, que vuelan bajo sobre la playa. A veces sobre la mar, en donde se zambullen
buscando los peces. O se posan, para dejarse mecer por las olas. Un espectáculo, su vuelo. Pareciera que no se esfuerzan al volar, tal es su habilidad. Baten suavemente sus alas y luego planean un largo trecho, sin esfuerzo. Recorren mi playita de punta a punta y desaparecen tras las rocas de un extremo. Luego vienen más y más, todas en la misma dirección. Supongo que luego vuelven, debe ser al atarecer.

Echo de menos mis playas, la mar y las gaviotas. Yo tendría que vivir allí.

2. Escribiré algo

Bien. Ya que empecé habré de seguir.

Hoy. Hoy, sábado, ha sido un día algo tonto. Sin darme cuenta ya son las ocho y pico de la tarde. Me había propuesto ponerme a escribir para terminar de una maldita vez mi tercera novela. Pero no hay manera. Por la mañana, como todos los sábados, partido de squash. Ya empezó mal el día: perdí 2-1 y cuando me proponía esforzarme para ganar por 3-2, mi oponente me dice: ¿lo dejamos, no te importa?. ¡Qué le voy a decir! Sauna, cerveza y periódico, casa, más periódico, comida (agradable con los hijos y mi mujer), breve siesta, me siento para trabajar en mi novela y... mi hija me pide ayuda. La ayudo, o lo intento, y me dan las siete. Actualizo unas páginas de una de mis webs, con datos de la exposición de una amiga y... ya son las ocho. Bien. Menos mal que esta noche ganamos una hora. O sea, que ahora podrían ser las siete de nuevo, y no las ocho.

¿A quién le importa esto? Obviamente a nadie. Si escribiera sobre otras cosas y no sobre mí mismo...

En la entrada tres lo intentaré.

domingo, 21 de octubre de 2007

1. Primer intento

Muchas vueltas he dado a esto de los blogs o cuadernos de bitácora... y siempre me pegunté: ¿para qué?, ¿alguien va a leerte? Ya hay millones y millones, ¿crees que alguien se fijará en el tuyo?

Bien, escribirás tú solo. Para ti. Serán tus reflexiones. Mira, puedes utilizarlo para parir ese argumento de tu nueva novela que llevas tanto tiempo intentando... O para reflexionar sobre el día que expira; o para tus confidencias personales, que a nadie importan sino a ti; o para intentar tus escritos pseudopoéticos que a veces imaginas y nunca escribes.

Me decido. A fin de cuentas, ¿qué tengo que perder?

¿Nombre? Guarismo: cada uno de los signos o cifras arábigas que expresan una cantidad. No está mal. A mí siempre me gustaron los números. ¿Guarismo, cuaderno de bitácora? ¿Cuaderno de bitácora de Guarismo? No, Guarismo, simplemente.

¿Alguna foto para empezar? Sí: de la mar en la playa. Me encanta.