Bienvenido a este mi cuaderno de bitácora

Querido visitante: gracias por pasar por aquí y leerme.
Aquí encontrarás ligeros divertimentos y algunas confidencias personales, pocas.
A mí me sirve de entretenimiento y si a ti también te distrae, ¡estupendo!.
Si, además, dejas un comentario... ¡miel sobre hojuelas! Un abrazo,
Guarismo.

sábado, 28 de noviembre de 2009

137. Quise atraparte.

Quise atraparte
y te me escapaste por entre los dedos,
como el agua.

Tú lo sabías
y no dejaste que me acercara a ti,
por si acaso.

Yo lo intenté,
y tú te diste cuenta, y te escabulliste,
como el aire.

Lo hiciste bien.
Hiciste lo que debías. ¿Renunciando a tus deseos?
No lo sé.

Quizá no,
quizá no te importó, que sólo lo imaginé o acaso lo soñé.
Y lo deseé.

Lo creí posible,
pero no lo era, y no habría sido lo mejor, por si el fracaso.
Ahora lo sé.

¿Quizás algún día?
No, ya no lo creo, ya no lo espero.
Será así.

Aunque duela.

Me quedaré con el recuerdo,
que me llena.

sábado, 21 de noviembre de 2009

136. Te cogí por las alas.

Te cogí por las alas
antes de que levantaras el vuelo.
Te las sujeté para evitarlo,
pero no pude.

Levantaste el vuelo y me llevaste contigo.
Volamos juntos cuando yo quería que nos quedáramos en tierra.

Nos quedaba mucho por hacer.
Tú creías otra cosa, ya lo sé.
Tú pensabas que había llegado el momento y querías volar.
Y volaste; me arrastraste en tu vuelo.

Quise retenerte, pero no pude.
“Volaremos luego”, te dije.
“Volamos ahora”, respondiste,
y desplegaste tus alas,
que me rodearon.

Me hiciste volar como nunca volé,
me hiciste verlo desde una nueva perspectiva,
aunque yo me resistí hasta que no pude más.
Y entonces me dejé arrastrar por tu vuelo impetuoso.

Ya no te dejaré nunca volar sola;
volaré contigo.

sábado, 14 de noviembre de 2009

135. Mis playas de Cái y gaviotas en noviembre

Así estaban mis playas de Cái y las gaviotas el pasado 7 de noviembre... Paz, soledad, arena, mar, sol y nubes, fresquito, agua fresca pero no fría... Un placer que espero repetier en diciembre...









lunes, 9 de noviembre de 2009

134. Una experiencia inolvidable

Una experiencia inolvidable

Ayer, en mis playas de Cái, viví una experiencia inolvidable. Monté en un WinDreamer. Explicaré lo que es: un WinDreamer es un carro a vela para navegar por la playa o por superficies lisas. Impulsado sólo por el viento, el WinDreamer es un equipo seguro, muy cómodo y muy fácil de manejar que alcanza altas velocidades de crucero, en función del viento. Su maniobrabilidad, con la dirección en los pies y la escota para controlar la vela en la mano, es perfecta.

La sensación fue maravillosa. Recorrer una de las amplias playas de Cái, la de Valdelagrana en este caso, con decenas de metros de ancho y kilómetros de largo fue una experiencia inigualable.

El viento que teníamos superaba los 20 nudos y la velocidad que se alcanzaba montado en un WinDreamer podía superar los 50 Km/h si te ceñías bien al viento. Para mí era la primera vez y me manejé, sin problemas, a la perfección.

El WinDreamer es, no cabe duda, un artefacto bien diseñado y bien construido que proporciona un maravilloso placer al navegar con libertad, impulsado por el viento. Un placer que hay que experimentar para contarlo. Un placer que se disfruta solo, en compañía de otros, en “tren” o en tándem, como podéis ver en los vídeos que siguen.

Para más información sobre los WinDreamers, visitad http://www.windreamer.es/