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domingo, 10 de junio de 2012

267. La mujer guapísima (2), en 400 palabras (ciento ochenta y siete).

La mujer guapísima (2)

Era guapa, la mujer. Ya la conocía. Yo estaba sentado en un banco del parque que tengo enfrente de casa, leyendo el periódico y con mi perrita Pizca sobre mis piernas (Pizca es pequeña y mimosa), cuando ella se sentó a mi lado, sonriendo. “¡Hola!”. “¡Hola!”. “¿Me va a echar un piropo hoy?”. “Claro. Está usted estupenda”. “¿Nada más?”. “Sí. Puedo decirle más cosas: es usted guapa, elegante, atractiva…”. “Gracias. Me gusta”. “¿Le gusta lo que le digo o le gusto yo?”. “Me gusta usted, y también lo que me dice”. “¡Vaya! No me lo esperaba”. “¿No se esperaba qué?”. “Que yo le gustara”. “Pues así es. No le molestará, ¿no?”. “No, por supuesto. Me encanta”. “¿Se lo va a decir a su mujer?”. “Pues no sé, supongo que sí, aunque a lo mejor no le gusta”. “¿No le gusta que se lo cuente o no le gusta que usted me guste?”. “Supongo que no le gustará que yo le guste a usted”. “¿Por qué no? Debe sentirse orgullosa de que su marido le guste a otra”. “Sí, imagino que sí, pero a lo mejor, o a lo peor, ella piensa que estoy ligando con usted”. “¿Y no lo está haciendo?”. “Bueno, pues no sé… es usted quien ha dicho que le gusto, yo no he dicho nada”. “Sí, me ha echado piropos, me ha dicho que estoy estupenda”. “Sí, claro, es que usted lo está”. “Entonces, ¿le gusto?”. “Sí, me gusta, pero eso no significa que quiera ligar con usted”. “Ya, pero es el primer paso, ¿no?”. “Yo diría que es una condición necesaria porque, si no me gustara, no querría ligar con usted”. “Entonces, ¿quiere ligar conmigo?”. “Yo no he dicho eso”. “No, por eso le pregunto”. “Pues… bueno, me gustaría, claro, es usted guapísima, parece simpática y seguro que es cariñosa”. “Lo soy, y mucho”. “Me lo imagino, sí, pero, ya sabe, estoy casado y…”. “Yo también estoy casada”. “¿Y su marido?”. “Es muy celoso”. “Lo entiendo. Yo también lo soy”. “¿Es guapa su mujer?”. “Sí, mucho”. “¿Y celosa?”. “No, yo creo que no”. “Pues mejor, ¿no? Así se lo puede contar y no tendrá problemas”. “Contarle qué, ¿qué yo le gusto a usted o que usted me gusta a mí?”. “Ambas cosas. Nos gustamos, ¿no?”. “Sí, claro, bueno, pero yo…”. “Mire, hay que ser realistas”. “Sí, sí, es mejor”. “Usted me gusta”.

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