Bienvenido a este mi cuaderno de bitácora

Querido visitante: gracias por pasar por aquí y leerme.
Aquí encontrarás ligeros divertimentos y algunas confidencias personales, pocas.
A mí me sirve de entretenimiento y si a ti también te distrae, ¡estupendo!.
Si, además, dejas un comentario... ¡miel sobre hojuelas! Un abrazo,
Guarismo.

domingo, 24 de julio de 2011

226. Hacer pitillos, en 400 palabras (ciento cincuenta y siete).

Hacer pitillos

Desde hace unos cuantos meses fumo tabaco liado. No lo lío a mano, que soy muy torpe; lo hago con una maquinita en la que pones el tabaco y conectas el cilindro vacío y, tris-tras, sale el pitillo hecho. Bueno, no todos; hay algunos que se atascan y otros que se llenan sólo a la mitad. Pero le voy cogiendo el truquillo —la clave está en la cantidad de tabaco que pones— y consigo que más del 90% me salgan aceptablemente. Los lleno algo menos que el pitillo tradicional de cajetilla; así fumo menos también.

Y, aunque ha subido el tabaco de liar un 45% por uno de los últimos afanes recaudatorios de nuestro gobierno, ahorro si comparo con los pitillos ya elaborados. El ahorro debe andar por la mitad, más o menos. No está mal.

De una sentada cada tres días me hago 58 ó 59 pitillos. Alguna vez los he contado y es el número que me sale normalmente. La última vez los conté al tiempo que los hacía: “éste es el siete”, “éste es el siete”, me repetía para no olvidarlo; “éste que hago ahora es el 23; “el próximo es el 24, el 24”; “he terminado el 25, éste es el 26”. ¡Qué idiotez!, ¿no? Pues no: no hay manera de recordar qué número hace el que acabo de hacer si no me lo repito. Contar uno cada 45 segundos, que es lo que vengo a tardar en elaborar cada pitillo, no es fácil, salvo que te concentres muchísimo —y no te interrumpan o distraigan— o, como hago yo, repitas varias veces por el número que vas, y cuál es el siguiente.

Tardo unos 45 minutos, minuto arriba, minuto abajo, pero parece que no acabo nunca. A veces me desanimo, viendo el paquete de tabaco lleno y la cajita de pitillos vacía. Avanzo, sí, de uno en uno, pero lentamente, muy lentamente; tan lentamente que parece una labor inacabable. Paciencia, me digo, que al final siempre acabas. Claro que acabo, pero me desespero. Repetir los mismos movimientos, que vienen a durar 45 segundos, 59 veces seguidas es muy pesado. Me suelo poner música de fondo —clásica, mayormente— para no pensar en lo que hago, pero ni así. Miro el paquete, miro la cajita y parece que no he avanzado nada. La peor fase viene al final. Los últimos 10 pitillos se me hacen eternos...

2 comentarios:

Bicho dijo...

Jejejeje! Quién iba a decir que liar tabaco podría suponer todo un ejercicio de autocontrol y meditación!^^

Un besote Miguel, ya sabes que comento poco pero te sigo leyendo siempre!

Guarismo dijo...

Gracias, Bicho. Eres un bicho muy querido, Carolina; sé que me sigues (yo también a ti).