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sábado, 27 de febrero de 2010

152. Me fui con lo puesto, en 400 palabras (noventa y ocho).

Me fui con lo puesto

Me fui con lo puesto. Nada más. Salí a comprar tabaco y... no he vuelto. Estoy harto. Harto del trabajo, de la casa, de los amigos, del perro, harto de la vida que llevo. Así que salí con lo puesto y no he vuelto.

No sé adónde ir, qué voy a hacer, cómo voy a vivir, dónde pasaré la noche ni en qué ocuparé mi tiempo durante los próximos días. No sé nada de lo que pasará a continuación. Per sí sé que no volveré al trabajo, que estoy harto de mis clientes, que me dan de comer con los proyectos que nos contratan, sí, pero que son una panda de desgarramantas, abusones, chantajistas, exigentes y prepotentes, además de ignorantes y estúpidos; de mis colaboradores, que no hacen otra cosa que plantearme problemas y no solucionar ninguno; de mi secretaria, estupenda pero estúpida; de algunos técnicos, listos pero soberbios; de mi jefe, simplón, dictador, vago, incompetente, inútil, inepto, egoísta, tacaño, avaro... pero dueño de la empresa; de mis proveedores, que me engañan como a un chino, mienten como bellacos.

También estoy harto de mi casa. Mi mujer no me engaña, pero siempre le duele la cabeza; mis hijos no me hacen maldito caso, y me han perdido el respeto. En casa no mando nada, ni siquiera se tienen en cuenta mis opiniones y me ignoran. Si pido un beso, a lo sumo me ponen la cara... y con mala cara; si pido explicaciones, me dan la callada por respuesta; si sugiero algo —ya no me atrevo a ordenar— me toman por el pito del sereno y se ríen abiertamente de mí. Y no digamos de mis suegros, que me desprecian; ni de mis cuñados, que me ignoran.

De los amigos... bueno, también estoy harto. Son buenos amigos, pero se olvidan de mí cuando hay algo importante, o sea, que les paso desapercibido. Y dicen que sí, que me aprecian, que soy buen tío aunque no sepa jugar al mus, pero se olvidan de mí.

Del perro, estoy hasta las narices. Sólo me ladra a mí cuando intento acariciarlo.

De mi vida, bueno, no tendría que quejarme: tengo trabajo, con buen sueldo, tengo familia, tengo amigos, tengo perro. Pero estoy harto de todos.

Y yo creo que soy buena persona. Quizá, no.

Hoy he dado un portazo y me he ido a comprar tabaco. No volveré.

6 comentarios:

Ana Pedrero dijo...

En todo podría llegar a entender y perdonar a este pobre hombre. Ahora, que no sepa jugar al mus, me parece imperdonable.

Un beso. Genial, como siempre. :)

estrella de mar dijo...

s resumo mi vida a los 35 años. Lo tenía todo:
1 mujer,
2 hijos,
3 colegas,
4 préstamos,
5 semanas de vacaciones,
6 años de antigüedad en la empresa,
7 veces mi peso en equipos de sonido,
8 coitos conyugales por trimestre,
9 veces el perímetro terrestre en envases de plástico, bandejas de poliestireno y otros envoltorios alimentarios no biodegradables
y 10 años sin ver a mi madre.

La felicidad. El lote completo del tirano que quise ser desde mi infancia. De modo que ser adulto era esto, tener un velocímetro que marca de 0 a 210, pero no ir nunca a más de 60.

Tenía que ponerte esto. Es un trozo de la película de Quiéreme si te atreves (en francés jeux d'enfants o algo así). Es un poco cursi, como casi todas las francesas, pero se la recomiendo a todo el mundo por los pequeños detalles.

Yo no culparía al hombre del tabaco. Quizás la culpa la tenga su perro.

Bicho dijo...

Ay, qué bien entiendo a ese hombre... hay días en los que el mundo parece insoportable!!! Afortunadamente, el sol vuelve a salir y se acaba por sobrevivir a tanta estupidez circundante.

Eres genial Guarismo. Un besote!

Guarismo dijo...

Ana: Lo del mus es imperdonable, sí... Yo creo que no saber jugar le originó esa situación límite...

Gracias por el piropo.

Marta: Sí, el hombre lo tenía todo, como el francés que citas, o casi todo. Pero quizás no era buena persona o le exasperó su perro. Aún no sé lo que le hizo tomar tamaña decisión.

Carolina: me alegro de que te guste. Y, efectivamente, hay días en los que a uno le gustaría tomar una decisión así, ¿verdad?. Menos mal que, como dices tú, el sol vuelve a salir... aunque no para todos.

Un abrazo a las tres,

Miguel

Anónimo dijo...

Definitivamente estás como una cabra. A tu mujer hace veinte años que no le duele la cabeza ni falta que le hace. Tus hijos se independizaron hace ya tiempo. Tu suegro falleció hace seis años. Tu suegra tambien se idependizó hace tiempo, el perro no dice ni "mu" y encima es una delicia y como tu jefe lea semejante desatino TE DESPIDE FIJO.
Aviso: Como te quedes sin trabajo SI vas a tener problemas con la que le duele la cabeza. ¡SI LO SABRÉ YO¡

Guarismo dijo...

Sabroso comentario, anónima. ¡Menos mal que parece que nos conocemos, que si no...!

Y a pesar de tu comentario, ya o zabez, TQUM