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domingo, 21 de febrero de 2010

151. Grandioso partido de squash, en 400 palabras (noventa y siete).

Grandioso partido de squash

¡Ah, el squash! Hoy he jugado un gran partido. He levantado un 2-0, ganando finalmente por 3-2. Ha sido genial.

Antaño se jugaba cada set a 15: punto ganado puntuaba. Luego se cambió a 9: punto ganado se ganaba el saque, o puntuaba si se había sacado. Ahora se juega a 11, con punto ganado, punto anotado. Yo creo que se ha hecho así para que el juego sea más corto y en una hora se puedan jugar hasta 5 sets. A mí me gustaba más cuando era a 15 tantos; pero ahora es así.

El hecho es que hoy hice un gran partido, jugando a 11. Empecé perdiendo por 11-7 y 11-9, luego gané por 11-3 y 15-13 (si se empata a once se ha de ganar por 2 de diferencia). El 11-3 fue fácil: el contrario se confió, dando por hecho el 3-0 y lo dominé sin problemas. En estos deportes de la bolita no hay nada como confiarse y dormirse en los laureles: el otro se crece y gana, no hay solución. El 15-13 fue más duro: mi contrario luchó hasta la extenuación; dejada, pared, fondo... empatamos a 11: sacaba él y le resté profundo y con fuerza, de manera que falló; 12-11; volví a sacar, me restó, ataqué y me dejó la bola muerta en una espléndida dejada. 12 iguales; sacó él y resté mal: 12-13; me concentré y resté a sus pies:13 iguales; saqué yo y se produjo una jugada larga, una de las delicias del juego: varias paralelas de revés, una cruzada, que devuelvo bien, una dejada, que me devuelve con otra, llego y machaco: 14-13; saco y resta fuerte, la coloco paralela y me responde; tiro a la pared lateral, dejándolo desconcertado y sin llegar a la bola: 15-13.

2-2: jugamos el set definitivo. Antes, descansamos unos segundos para recuperara el resuello. Yo estoy lanzado y mi contrario receloso y algo frustrado: contaba con el 3-0. Saco yo: 1-0; vuelvo a sacar: 1-1 tras un espléndido resto. Llegamos al 9 iguales, asfixiados y sin apenas fuerzas. Mi moral, alta, aunque con tremendas dudas: he ido siempre por delante y me ha igualado en sucesivas jugadas. Saca él y me la juego con una dejada cruzada, a la que no llega: 10-9; ahora tiene miedo él. Saco con el mejor saque del partido y él falla: 11-9. ¡Bien! Partido resuelto.

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