Bienvenido a este mi cuaderno de bitácora

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Guarismo.

jueves, 3 de julio de 2008

55. ¡Déjame! en 400 palabras (treinta y cuatro).

¡Déjame!

–¡Déjame!
–¿Por qué?
–Porque lo necesito. Necesito calmarme, necesito estar lejos de ti por un rato.
–Pues vete tú.
–No.
–De acuerdo, me voy yo.
–¿Dónde vas?
–No lo sé, me voy; ¿no quieres que me vaya?
–Sí, claro, eso te he pedido.
–Pues me voy.
–¿Adónde?
–Aún no lo sé, ahora decidiré.
–¿Cuánto tardarás?
–No lo sé, cariño. ¿Cuánto quieres que tarde?
–No sé…, un rato.
–Bien, me iré un rato.
–Adiós.
–Hasta luego.

–Oye, ¿pero vas a la calle?
–Sí, ¡dónde quieres que vaya si no!
–Está bien, está bien.
–¿Te molesta?
–No, no, vete, vete.
–Me voy.
–¡Eh! ¿y a qué hora volverás?
–No lo sé, depende de lo que haga.
–¿Y qué vas a hacer?
–Ahora decidiré, cuando salga.
–No cojas el coche.
–¿Por qué?
–Porque no es necesario que vayas tan lejos.
–Pero, ¿no quieres que me vaya?
–Sí…
–¿Entonces?
–Pero sólo un rato.
–¿Y qué es en rato?
–Pues... un rato.
–Bueno, vale, me voy un rato.
–Tráeme tabaco. Un cartón. Toma.
–No paso por el estanco.
–Pues pasa, si aún no sabes dónde vas…
–Entonces cojo el coche.
–No te hace falta, ve dando un paseo.
–¿Un paseo? Si estamos a cuarenta grados.
–Ve por la sombra.
–¡So son casi dos kilómetros! Y no hay sombra, ¿quieres que me deshidrate?
–No.
–Bueno, si quieres que te compre un cartón, cojo el coche. Si no, te compro una cajetilla en el bar de la esquina.
–Como quieras.
–Como quiera, qué, ¿una cajetilla o un cartón?
–Un cartón.
–Adiós.
–El cartón de lait, como siempre.
–Ya lo sé.

–¿Puedes hacerme un favor?
–¡Qué quieres ahora!
–Echa 6 números a la loto.
–¿Para qué? Nunca me toca.
–Esta vez nos tocará.
–Dirás que me tocará, la voy a echar yo.
–Sí, pero yo te la pago.
–Entonces dame el dinero.
–Cógelo de la caja.
–Eso es dinero común.
–Pues lo pagamos a medias.
–Bien, la mitad para cada uno, si toca.
–De acuerdo. Vete.
–Ya me voy.
–No tardes…
–¿Cómo que no tarde? ¿En qué quedamos?
–En que te vas un rato.
–Vamos a ver: me echas, luego me entretienes con preguntas estúpidas, me encargas tabaco pero no quieres que coja el coche, me pides que eche la loto, ahora quieres que no tarde… ¿te quieres aclarar de una vez?
–Es que no puedo. Siento cierta confusión.
–Entonces, ¿qué coño quieres que haga?
–Pues… no sé.

3 comentarios:

Ana Pedrero dijo...

¡¡Pues no te vayas!! jajajaja. Me río porque yo he vivido algún "déjame" de éstos, aunque no me molesté en contar las palabras.

Un abrazo fuerte.

Bicho dijo...

Hace tiempo que sigo este Blog y varias veces he estado tentada a escribir algo. Me divierto muchísimo con las cosas que escribes... y agradezco las fotos de Cai. Se echa tanto de menos cuando se está lejos!

Espero que escribas muuuchas 400 palabras más!

Un saludo!

Guarismo dijo...

Gracias, Ana, por tu comentario siempre de sabor agradable...

Gracias, bicho, por el tuyo y bienvenida. No sabía que me seguías y hasta que te gustaba (la bitácora, digo; todo un honor). Seguiré con mis 400 palabras hasta que mi imaginación se agote (y ya queda poco) y te regalaré hoy unas fotos de Cái.

Un abrazo,

Miguel