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miércoles, 30 de abril de 2008

46. Soñar, en 400 palabras (veintisiete).

Soñar

Yo creo que soñar es propio del ser humano... aunque tengo mis dudas: juraría que mi perro sueña de vez en cuando, que lo pillo gimiendo profundamente dormido, recordando quizás algún momento vivido. Será que es propio de los seres vivos.

El DRAE define sueño, en su segunda y sexta acepciones, como “Acto de representarse en la fantasía de alguien, mientras duerme, sucesos o imágenes” y “Cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse”.

Se sueña dormido, entonces, que lo otro es una quimera, o sea, una gilipollez. En general uno no controla los sueños cuando duerme y sueña con controlar los sueños cuando despierta. Pero soñamos despiertos más que dormidos, o esa sensación tenemos los que no recordamos los sueños nocturnos. Yo sueño, claro, como todo el mundo. Me gusta soñar, quizás ahora más que cuando joven. Por ejemplo, me gusta soñar que soy joven. ¿Y por qué no? Me siento así, por varias decenas de años que ponga mi DNI. Sueño, por ejemplo, que puedo con aquello y con lo otro, y ya no puedo. Sueño que aún soy capaz de enamorar, y ni de broma. Sueño que me enamoro de nuevo, y lo consigo, pero es de otra forma (en absoluto mala; es, quizás, más plena).

Sueño con que el futuro de mis hijos sea esplendoroso y luego veo que mis hijos son estupendos, pero que tienen que ganarse el futuro ellos mismos. Ya les toca a ellos, y lo va consiguiendo, a Dios gracias.

Sueño con un futuro estupendo, y ¿quién sabe? Hoy la esperanza de vida es bien alta. Sueño en la cantidad de cosas que haré cuando llegue –que aún falta– mi jubilación, que también significaba “júbilo” antiguamente. En mi “júbilo” tengo mucho por leer, mucho por escribir, mucho por viajar, mucho por hablar, mucho que contar..., mucho que cuidar a mis futuros nietos, si las cosas se desarrollan normalmente. Mucho por deleitarme, todavía, con las playas de mi Cái, con la mar, justo cuando estén solitarias, no en pleno agosto. Mucho por padecer y disfrutar los vientos de mi tierra...

Sueño ya con el horario que me impondré y las cosas que haré. No es que ahora no las haga, pero el tiempo las limita.

Hace unos meses alguien me dijo: los sueños son libres, puedes soñar cuanto quieras. Y eso hago: soñar.

3 comentarios:

estrella de mar dijo...

yo sueño todo el día... y la noche. y sueño que, como dice una amiga, soy una chica estupenda.

y alguien debería recordarle a Berrendita qué es eso de soñar...

Un saludo!

Guarismo dijo...

Me alegro que sueñes... ¡y que lo hagas, espero, con cosas bonitas...!

Lo de Berrendita es caso aparte. Se le echa de menos, y ella lo sabe. Pero habrá que respetar su silencio, ¡aunque no sé por cuánto tiempo!

Un abrazo, Marta.

Miguel

Marina dijo...

Lo que más me gusta a mí es levantarme las mañanas de domingo y soñar despierta en la cama. Con que soy una escritora famosa o con mi boda, generalmente xDD

Chío me ha dado tu novela, me la leeré en los próximos días y te digo qué tal, ok?

Un abrazo fuerte.