Bienvenido a este mi cuaderno de bitácora

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Guarismo.

domingo, 3 de febrero de 2008

30. ¡Desde mi Cái! (de nuevo).

Sí, Donce (me lo preguntas en un comentario, ¿no?), me he venido a mi Cái este fin de semana. Lamentablemente no por, ni a, los Carnavales, aunque anteayer en la TV local pude ver un par de horas de la final de coros, comparsas y chirigotas en ese templo de ladrillo colorao, como lo llama Ana. Los estuve viendo hasta que terminó la banda de Berrendita, la del Capitán Veneno, de J.C. Aragón. Pena que no ganara.

Me he escapado solo el fin de semana para ver a mi madre, que lleva unos días pachucha y nos preocupa, aunque aguanta, con su corazón maltrecho y esa bronconeumonía que la ha dejado baldada. Dolorida y débil, creemos -queremos- que va saliendo adelante. ¡Ojalá! Aunque hoy, un par de horas antes de coger el tren de vuelta, donde escribo estas letras, la hemos dejado de nuevo en el hospital. Dios quiera que lo supere.


Sin ganas de carnavales, claro.


Pero como mis estupendas y generosas hermanas (nunca sabré ni podré agradecerles lo que hacen) me han dado permiso, me fui ayer y hoy por la mañana a mis calitas. Dos días estupendos. Dos horas ayer y una y media hoy en la playa. Sólo y solo... y sol, mucho sol. La mar como un plato, o casi, con olas pequeñas y viento de Poniente, tendiendo al Noroeste, suave, ayer; hoy, Levante casi en calma. Agua clara y fresca. Deliciosa. Un descanso para la vista, con el océano enfrente verde-azul; un descanso para el oído, con el rumor continuo y rítmico del romper de las olas; un descanso para el olfato, que huele la sal, y el gusto, que saborea la mar salada; un descanso para el tacto que toca la arena fresca o siente el frescor del agua; un descanso, en fin, para el alma, que en esas tres horas y media parece que recupera el ánimo que perdió con la enfermedad de mi madre y, días atrás, en ese Madrid agobiante, en el trabajo preocupante, en la borágine diaria.

Os dejo unas fotos de mi cala de la Gaviota, con la mar en calma, una ola reflejando el sol y mis huellas sobre la arena virgen. Y un vídeo que suena a olas, que suena a mar, y donde se me ve tomando un buen baño (dura algo más de tres minutos, pero a los nostálgicos de la playa os gustará).

8 comentarios:

Juanra dijo...

Vaya, es impresionante ocmo expresas un dia de tu vida. Yo no se si sería capaz, será cuestión de intentarlo.

PD: Espero Que mejoré tu madre.

Ana Pedrero dijo...

He cerrado los ojos, Miguel, y he pensado en la terraza de mi casa abierta, en las noches en que escribía con ese rumor que no terminaba nunca, en esa sinfonía de agua que tanto echo de menos. Y no he podido evitar llorar como una imbécil.

Un beso y gracias.

p.d. Rezaré por tu mami. Verás como todo irá bien. :)

Anónimo dijo...

No tengo el don de la escritura, mas quisiera yo, pero si tengo la virtud de la lectura y te envio este pequeño poema que se me viene a la cabeza al leer lo que cuentas de este fin de semana, tu madre y el mar.
Te deseo lo mejor para tu madre y a ti que sigas disfrutando del mar.
[...] Frente a la mar rugiente
que castiga esta rompiente
tengo en la palma apretada
granos de arena dorada.
¡Son pocos! Y en un momento
se me escurren y yo siento
surgir en mí este lamento:
¡Oh Dios! ¿Por qué no puedo
retenerlos en mis dedos?
¡Oh Dios! ¡Si yo pudiera
salvar uno de la marea!
¿Hasta nuestro último empeño
es sólo un sueño dentro de un sueño?
(Edgar Allan Poe)

Anónimo dijo...

Pues a mí el vídeo me ha hecho sonreír, así es que también te doy las gracias.
Por cierto, vaya "narices" tienes para meterte en estas fechas en esas aguas tan fríasss,(si yo te contara lo que tengo que hacer para bañarme en Cái en pleno Agosto!)
Ojalá todo vaya bien!
Una cosa más: en lulu se puede comprar contra-reembolso o por ingreso en banco, o sólo se puede con tarjeta?
Sólo dime eso porfi.
Un beso

Anónimo dijo...

Tendré presente a tu madre en mis oraciones.
Conocí a un español, catedrático de Historia Contemporánea, que vivía por aquel entonces en Lille y veraneaba en Conil. Me decía que, en los nublados días de Lille (muchos al año, por cierto), ponía su cinta de video del mar y las olas de Conil...
Los que tenemos el mar "a mano" no sabemos apreciar el valor que tiene.

Guarismo dijo...

A todos: muchísimas gracias por preocuparos y rezar por mi madre. Me fui corriendo el jueves a Cádiz y he vuelto hoy. Está en la UCI entre crisis y crisis... en fin, cuando la vida se va apagando... espero que no sufra mucho.

Muchas gracias, Juanra. Creo que tú ya escribes muy bien. Simplemente, yo soy más viejo.

Ana: merece la pena llorar por esas olas, por esa mar. Que sean lágrimas de alegría por cuando las viviste en directo. No te puedes imaginar (o sí, porque la has visto en el vídeo) cómo estaba mi cala de la Gaviota el domingo pasado. Solitaria, agua transparente y fría, olas suaves, arena fresca, sol...

Anónimo 1: gracias por la poesía de Poe, muy a propósito: ¡Ojalá pudiéramos retener lo que queremos con las manos!

Anónimo 2: gracias por entender cómo se aprecia la mar cuando no la tenemos tan cerca... ¡La mar¡ (que no el mar, aunque también; pero mi padre fue marino y siempre habló de LA mar). Sabio tu amigo que vivía en Lille.

Donce: ya veo que sigues por aquí, aunque aún me debas algo. Pregunta a Berrendita. En www.lulu.com sólo se puede comprar con tarjeta (que no sea electrón). Pero, ya te lo dije, yo la compro por ti y te la hago llegar... envíame un correo y nos ponemos de acuerdo. ¿VAAAALE? (Ya sabes -y no sé por qué- que me he empeñado en que leas mis novelas... ¿lo conseguiré?).

Un abrazo a todos.

Marina dijo...

Hola, Miguel:

Me he quedado un buen rato mirando el vídeo y me he sentido transportada a la playa. Malagueña en tierra.

Me gusta cómo escribes. Tienes fluidez y limpieza, que son casi casi las cosas que más valoro en un escritor. Y honestidad, que sin duda es la que más me importa.

Beso, gracias por el mar y ánimo con tu madre.

Guarismo dijo...

Gracias, Marina. Un abrazo.