La mujer guapísima (4)
Era guapísima, la mujer. Ya éramos amigos. Yo estaba sentado
en un banco del parque que tengo enfrente de casa, leyendo el periódico y con
mi perrita Pizca sobre mis piernas (Pizca es pequeña y mimosa), cuando ella se
sentó a mi lado, ansiosa. “Bueno, ¡qué!”. “¡Qué!”. “Ya lo sabe, quedamos en
avanzar”. “No, quedó usted”. “Y usted, aunque no lo confesara. Se lo vi en los
ojos”. “Pues… no sé, ya sabe”. “Sí, ya lo sé, está usted casado y quiere a su
mujer. ¡Y qué!”. “Bueno, pues yo, verá, lo he estado pensando…”. “¿Y?”.
“Pues…”. “Ya, me va a dar más excusas, o sea, me va a dar calabazas”. “No, no;
no es eso, verá…”. “¿Que no? Entonces, ¿por qué no me dice que sí de una vez?”.
“Que sí ¿a qué?”. “Pues a ligar, a qué va a ser”. “Quedamos en avanzar; bueno,
no, quedó usted”. “Sí, en avanzar, que es ligar, ¿no? Usted me gusta”. “Ya lo
sé, usted a mí también”. “Pues no se hable más. ¿Nos tuteamos?”. “Bien”. “Es un
primer paso, ¿no crees?”. “¿Un primer paso?”. “Sí, para ligar”. “Pero es que yo…”.
“Me estás resultando cobarde”. “Si tú lo dices…”. “Pues sí. Me estás
decepcionando, además. Yo creía que te gustaba”. “Y me gustas. Estás
estupenda”. “Pues vamos”. “¿Vamos? ¿A dónde?”. “A mi casa”. “¿A tu casa? ¿Y tu
marido?”. “No está. Está de viaje”. “¿Y cuándo vuelve?”. “El viernes que
viene”. “Ya, bien, pero…”. “¿Más peros?”. “No, bueno, sí, es que…”. “Mira, nos
hemos visto ya varias veces…”. “Cuatro”. “Sí, cuatro, veo que las has contado,
y nos gustamos mucho, ¿no?”. “Sí”. “Muy bien: tú me gustas, yo te gusto, tu
mujer no es celosa, mi marido sí, pero no sabe que estoy ligando contigo, estoy
sola en casa y ardo de deseo”. “Caramba, ¿no vas muy deprisa?”. “No. Llevo días
soñando con este momento”. “¿Y la perrita?”. “Se viene con nosotros”. “Sí, bueno,
¿y qué vamos a hacer?”. “Pero eres tonto, o qué”. “¿Tonto? No, pero verás, es
que yo…”. “Mira, lo deseas tanto como yo, lo leo en tus ojos”. “Si te refieres
a eso, sí, es cierto, sí, me gustas, estás para comerte, sí, te deseo, pero…”. “Eres
fiel a tu mujer, ¿no? ¿Ibas a decirme eso?”. “Sí”. “¿Y qué hacemos?”. “No sé”.
“Sí que lo sabes”. “¿Lo sé? No, no estoy seguro”. “¿No?”.
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