Bienvenido a este mi cuaderno de bitácora

Querido visitante: gracias por pasar por aquí y leerme.
Aquí encontrarás ligeros divertimentos y algunas confidencias personales, pocas.
A mí me sirve de entretenimiento y si a ti también te distrae, ¡estupendo!.
Si, además, dejas un comentario... ¡miel sobre hojuelas! Un abrazo,
Guarismo.

martes, 24 de marzo de 2009

101. Haikus (tres).

Me ha dado por los haikus. Son divertidos. Mi amigo Alejandro me los sugirió y le hice caso, aunque no sé si fue en mala hora. Me han gustado y me temo que inundaré de haikus esta bitácora. Lo haré por temas (siempre quedará un "varios"). Hoy va de haikus sobre los haikus y otra serie sobre las estaciones.

Haikus sobre los haikus

Dijo mi amigo:
“prueba los haikus, prueba”.
¡Qué mal amigo!

Cinco sílabas
dicen muy poca cosa
o más bien nada.

Siete sílabas
son muy pocas para
escribir algo.

Cinco, siete y
cinco sílabas pueden
ser suficientes…

…para ecribir
alguna cosa bella,
pero no siempre.

Haiku adictivo,
¿por qué empecé con el
primero? Malo.

Haiku perverso,
que me has enganchado
entre tus redes.

Haiku insulso,
quiero embellecerte…
y no lo logro.

Qué gilipollez
unos versos en haikus,
cosa baladí.

Versos en haikus:
creatividad, arte
e imaginación.

¿En qué quedamos?
¿Son buenos o son malos?
Son
comme ci comme ça.

Haikus en falso,
¿es verdad lo que dicen
o es mentira?

Malditos haikus,
me absorben el seso,
me obsesionan.

¿Quién lo parió?
Japoneses del siglo
octavo. ¡Vaya!

Trece siglos más
tarde aún sobreviven,
¿Pero qué tendrán?

Apuntan que los
haikus no se puntúan,
mas lo míos, sí.

Escribo haikus
con signos de puntuación.
¿Es lo correcto?

Benedetti no
lo hace. ¿Será así?
Yo no lo dudo.

Si Benedetti
dice haikú, yo digo
haiku. ¿Qué será?

Cinco da para
poco; siete para más;
diecisiete, más.

Tres versos para
expresar algo bello,
tres versos cortos…

…que suenan como
música breve, como
preciosos sones.


Haikus sobre las estaciones

La primavera
llega tras el invierno,
tan deseada.

No es verano,
aún es primavera,
¡qué maravilla!

Tras el verano,
el otoño lúgubre,
lleno de nubes.

Tras el otoño,
el invierno oscuro,
frío y triste.

Primavera y
verano, él tras ella,
como debe ser.

En primavera
amo, en verano no,
que hace calor.

Me enamoro
cuando las hojas caen,
en el otoño.

Me enamoro
en primavera, cuando
la flor florece.

Me enamoro
en el verano, cuando
hace mucho sol.

Me enamoro
en el invierno, cuando
el frío se extiende.

Me enamoro
cualquier día del año,
siempre que puedo.



© 2009, el autor de esta biácora.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Maldita la gracia que me ha hecho que, cuando le daba a publicar el comentario, el compañero de piso lo desenchufara.

Decía que me lo he pasado muy bien con la primera parte de los haikus, donde hablas sobre ellos mismos. Me hace gracia porque te imagino debatiéndote entre si fue buena idea o no empezar con ellos, escribiendo y diciendo primero que no y después que sí, enganchándote gustosamente, hablándoles directamente a ellos. Me gusta, por eso, el de embellecerlos, que mantengas un diálogo-monólogo con las palabras. Que les pidas, les ruegues. Y que ellas, como son, desobedezcan.

Un beso, Miguel.

PD: Te olvidaste del título.
PD2: Me gusta la cabecera nueva.

Guarismo dijo...

Me alegro, Fusa, de que te lo hayas pasado bien con la primera parte... (es parte del objetivo de una bitácora, que alguien disfrute). Y es como dices, les hablo, me engancho, intento embellecerlos sin conseguirlo... y las palabras, cómo son, se me rebelan, sí...

(Gracias por lo del título; se me pasó).

Un abrazo,

Miguel