Bienvenido a este mi cuaderno de bitácora

Querido visitante: gracias por pasar por aquí y leerme.
Aquí encontrarás ligeros divertimentos y algunas confidencias personales, pocas.
A mí me sirve de entretenimiento y si a ti también te distrae, ¡estupendo!.
Si, además, dejas un comentario... ¡miel sobre hojuelas! Un abrazo,
Guarismo.

lunes, 17 de noviembre de 2008

82. Cuando yo tenía 27 años… en 400 palabras (cincuenta y cuatro).

(A mi amiga Malacitania, que anteayer cumplió 27 años. Le prometí que algo le regalaría... No sé si estas 400 palabras merecen el nombre de regalo, pero te aseguro, Elisa, que sí la intención).

Cuando yo tenía 27 años…

Una amiga de la blogsfera ha cumplido un día de éstos 27 años… ¡27! Aún te puedes comer el mundo, niña. Y permíteme que te llame niña, porque lo eres desde mi perspectiva.

No recuerdo con precisión cómo era yo con 27 años, pero de algo me acuerdo, claro. Había terminado ya la carrera, hacía tiempo; trabajaba; estaba casado, aunque sin hijos, por accidentes de la naturaleza, no por voluntad.

Hoy no es habitual que a los 27 ya esté uno casado. Todavía, o casi, se está terminando la carrera —los que han podido hacerla— y muchos viviendo aún en casa de los padres…. Yo salí de casa de los míos a los 17 y no tuve ocasión de volver, salvo en vacaciones. Los tiempos son distintos. Las circunstancias, también.

A los 27 yo era entusiasta de todo, incluido el trabajo; era pasional, serio, algo triste —nunca fui alegre—, responsable… creativo, rebelde… y también vago, perezoso, intransigente, mandón, discutidor, egoísta, terriblemente egoísta…

Pero a mis 27 años era un joven dinámico que me iba a comer el mundo. Y no me quejo, que no me ha ido mal. Recuerdo que una novia que tuve a los 21 me dijo un día: “cuando tengas 27 años estarás como un cañón —así se decía entonces— y serás todo un hombre… espero estar a tu lado”. ¿Sería porque a mis 21 años era todavía un crío? Seguramente. (A esta novia no le di el placer: la dejé antes; y la que me encontró luego sigue hoy conmigo. Cuando le pregunto cómo era yo a los 27, me dice: ¡eras un gilipollas! Pero me aguantó, con paciencia y cariño).

Con 27 años uno tiene toda una vida por delante y planea comerse el mundo. Luego sólo se come un cachito, pero da igual: se vive, se pone ilusión en todo, se echan ganas en lo que se hace, se disfruta el presente, se sueña el futuro. Con 27 años todavía se es rebelde, pero empieza a imponerse la sensatez —¡qué pena!— y asustan los 30. Aún se hacen locuras, pero menos.

Con 27 años la juventud está en su esplendor. Es una edad para vivirla siempre... para disfrutarla y grabar con fuego las experiencias, que luego se olvidan. Hay que vivir los 27 con plenitud, que luego pasan y la juventud decae.

¡Ah, los 27! ¡Quién los tuviera!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay! Miguel, cuando yo enseño fotos de cuando tenía 21, me miran y me dicen que he ganado con los años. Yo aún soy muy niña en el carácter, pero me siento mayor físicamente. He llegado a un punto de mi vida (y estas son las confesiones de la abuela cebolleta), que me he estancado un poco. Quiero terminar la carrera este año, hacer un máster después, avanzar económicamente hablando...en definitiva, un montón de propósitos que espero cumplir si no desisto por el camino.
Supongo que los 27 no serán distintos a los 26, pero he empezado a conocer gente nueva que merece la pena, he comenzado el blog que estuve a punto de dejar y os he conocido a vosotros, he vivido un verano intenso a lo que en emociones se refiere...,no me quejo demasiado.
Me ha encantado este regalo, en forma de palabras, conocimiento y tiempo invertido. Mil gracias Miguel.

Anónimo dijo...

Querido Guarismo:
He leído las 400 palabras sobre tus 27 años y no puedo resistirme y te contesto.
Por partes:
1º.- Aunque alguien te haya dicho que eras un gilipollas la verdad es que no era para tanto.
Eras un poco, demasiado serio eso es verdad. Un tanto tremendista, una pizca triste, excesivamente responsable, muy mandón, muy discutidor y bastante egoísta, pero efectivamente estabas como un cañón. (jajajaja).
Con los años has ido perdiendo en tu vida privada algo de tu seriedad, ya no eres tan circunspecto, te has relajado y hasta tienes alegría y ganas de reirte incluso de ti mismo.
¡Bien por ti¡
Egoísta, pues si, eras muy egoísta pero eso también ha cambiado, ahora eres tremendamente generoso con todos nosotros. No hace ni dos días tu hijo te decía que a pesar de tener muchos y buenos amigos, tu eras el mejor de todos. Eres su mejor amigo, que siempre estas cuando te necesita, esas palabras las suscribe también tu hija que tantísimo te quiere.

2º.- Te ibas a comer el mundo. YA TE LO HAS COMIDO. Profesionalmente has sido un "crac" ¿se dice así?, el mejor de los mejores. Has tenido dos hijos maravillosos, una mujer, amiga, compañera, confidente, socia, cómplice, aguafiestas, regañona, "malaleche", gruñona, peleona, que te aguanta (jajajaja), tienes la casita que siempre soñaste en tu "Cai" del alma. ¿Qué mas te podías comer?

3º.- Con 27 años se está en todo el esplendor de la vida, con ENTA, se está en toda la madurez, listo para recoger todo lo que sembraste a lo largo de tu recorrido. ¿no es eso reconfortante?.

Epilogo: Disfruta de lo que tienes que es mucho, no tienes "entaysiete" pero aún queda mucho por hacer, mucho por recoger, mucho por disfrutar, mucho que recordar, mucho por experimentar .
¿Qué? me dirás. La jubilación, la paz de esas playas de Cai, los nietos, las conversaciones al lado de la chimenea, esos libros que nunca tuvimos tiempo de leer, esas páginas que nunca encontramos el hueco para rellenar, todavía nos queda mucha, mucha vida que vivir, muchas cosas que disfrutar. Yo ya me relamo de gusto de pensar todo lo que nos queda por ver y gozar.

¡La vida es bella¡

Guarismo dijo...

Elisa: de nada; te lo prometí.

Y gracias, porque sin tus/mis 27 años, "anónima" no habria escrito... y lo que ha escrito, inmerecido, merece que le conteste. Ahi va:

Anónima: "no sé" quién eres... pero sospecho que me conociste cuando tenía 27 años -¿estaba de verdad como un cañón?- y me conoces ahora, anque creo que no demasiado, pues las cosas que dices de cómo soy no me encajan mucho. ¡Ojalá fuera así!

Pero estoy de acuerdo en que tengo dos hijos maravillosos, que me quieren y son mis amigos, y una mujer extraordinaria que se sale...

Suscribo el epílogo al cien por cien. La vida es bella, sí, al lado de una mujer como la que tengo, "gruñona" y peleona y, sobre todo, amiga, compañera, confidente, socia, cómplice... como dice Anónima.

La vida es bella a tu lado, mi niña.

Anónimo dijo...

Ya estás dando por sentado que "Anónimo" es en realidad Anomima. Me parece a mí que os conoceis ambos. ¿Me equivoco?

Guarismo dijo...

Me temo que sí, Elisa. "Anónima"se cuela por aquí de vez en cuando... no puedo tener "secretos".

Bicho dijo...

Felicidades (muchas) a quién corresponda!

Ay, qué desilusión tan grande, nunca me hubiera imaginado a un Guarismo triste, ni con 27, ni con 80!

No quisiera yo abusar... pero para mis 27 me pido un regalo como este, jejeje!

Un besazo!

P.D.- Cuánta razón tiene el/la anónimo/a: ¡La vida es bella!