Olas de mis playas de Cái. Agua fresca en movimiento continuo. La mar salá hecha olas que te bañan, que te inundan, que te acarician y te arrastran. Olas que te dan vida bajo el sol engañoso del último día de ese mayo tan fresco… Olas que revuelven tu cuerpo entre sus aguas y la arena rubia, olas que seducen tu alma, olas que te llenan. Olas cuyo rumor sabe a sal, olas cuya espuma ciega tus ojos; olas que añoras cuando estás lejos… Olas de mis playas de Cái.
martes, 3 de junio de 2008
51. Olas de mis playas de Cái.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Bueno, Miguel, pues te lo puedes imaginar: estoy llorando como una magdalena después de haber visto nuestras olas, después de haber escuchado ese rumor que me falta todos los días, todas las noches; después de imaginarme los pellizcos de la arena envuelta con agua sobre mis pies.
Echo de menos el mar, echo de menos esas olas de nuestro Cái que ya no son mías.
Un beso.
No, Ana, no llores, salvo por la emoción alegre. Esas olas de nuestro Cái siguen siendo tuyas. Yo, todo lo que puedo hacer es invitarte un fin de semana de agosto a mi casa de Cái para que vivas de nuevo nuestras olas...(aún no se lo dije a mi mujer, pero seguro que ella también te invita; espero que no me mate cuando lea esto). Piénsatelo.
No, jajaja, por Dios. Gracias, Miguel, por el ofrecimiento. Te lo agradezco igual que si un día fuese, pero en Cádiz, allá donde cerré una puerta se me abrieron mil ventanas. Pronto estaré allí.
Mil besos.
Qué olas. Dan la vida de verlas. Ah... no puedo decir nada más que no hayas dicho tú. Quién las tuviera cerca.
Besotes.
Publicar un comentario