Bienvenido a este mi cuaderno de bitácora

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sábado, 14 de agosto de 2010

177. Escritura loca, en 400 palabras (ciento trece).

Escritura loca

Pienso que voy a perder el resuello después de leer lo que tengo pensado escribir porque es mi intención emular a algún ilustre y a alguna escritora amiga de este mundo incierto y extraño de cuadernos de bitácoras o blogs como le llaman aunque a mí me gusta más bitácora que es más español que esa palabreja de blog que no suena a nada o suena como cloc o parecido y no refleja la realidad por sí misma como lo hace bitácora que es palabra llena de significado aunque de etimología francesa con sonido pleno quizás por ser esdrújula y contener las consonantes más sonoras como la be y la te y la ce que llenan su pronunciación además de recordar esos “cuadernos de bitácora” con tanto sabor marinero que tienen y que explican por similitud su aplicación a lo de los blogs que llenan el interespacio o cyberespacio como quiera que le llamemos pues ya sabemos que el lenguaje evoluciona y se adapta a los nuevos tiempos aunque creo que el castellano o español se adapta tarde y mal siendo como es un lenguaje tan rico en hermosos términos y bellas acepciones que se van perdiendo con el tiempo por la maldita manía que tenemos los hispanohablantes de contagiarnos de otras lenguas e ir dejando caer en el ostracismo muchos de los vocablos sublimes que nuestra lengua nos ha dado a lo largo de los siglos y que han evolucionado con los años hasta regalarnos una lengua perfecta llena de matices y colores que suenan generalmente de manera extraordinaria si son pronunciadas con el rigor debido y el estilo que merecen y por los hablantes que saben usarla aun con ambages y circunloquios como ocurría en décadas y siglos pasados donde los discursos de algunos eran dignos de ser grabados en letras de oro por su belleza y riqueza lingüística que se está perdiendo en los días que vivimos por culpa de la dejadez e incompetencia de políticos y periodistas que son a los que más se les escucha mal hablar y cometer auténticas atrocidades con nuestra magnífica lengua materna que algunos quieren hacer desaparecer de una forma absolutamente mentecata sin querer entender que son varios cientos de millones de parlantes los que la usan con orgullo y en toda la extensión que nuestra bella lengua tiene y de la que no es ejemplo precisamente este escrito

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