Dos mil diez. Suena bien, ¿no? Año diez, que también suena redondo. Año 10 del siglo XXI.
¿Qué nos deparará? ¿Crisis galopante como en 2009? ¿Tiempo de bonanza? ¿Vacas gordas? ¿Más vacas flacas?
No lo sé, y probablemente no lo sepa nadie. O, mejor, habrá quienes crean que lo saben, pero no sabemos si acertarán. Si nos fiamos de unos, será el año de la recuperación económica. Si hacemos caso a otros, 2010 será peor que 2009. Yo creo que unos y otros nos engañan. Me gustaría creer a los primeros, pero me temo que no van a tener razón. El termómetro será el paro, que es, al final, el termómetro del bienestar de un país. Con 4,5 ó 4 millones de personas desempleadas y casi 2 millones de empleos destruidos en 2009, ¿va a crear 2010 cientos de miles de puestos de trabajo hasta compensar los destruidos el año anterior? Obviamente, no. O no parece; ojalá me equivoque.
¿Brotará el crédito a las familias y pequeñas empresas y autónomos? ¿Pagará la administración local y autonómica todo lo que debe? ¿Se reducirá el gasto institucional? ¿Dejarán nuestros gobernantes de despilfarrar los dineros de todos? ¿Se impondrá de una vez la austeridad, tan necesaria? ¿Se impulsarán las nuevas tecnologías? ¿Se llegará a ese pacto social tan necesario? ¿Se reformarán las reglas del empleo para que éste se produzca? ¿Se alcanzarán pactos de estado entre gobierno y oposición en los temas importantes? ¿Se cumplirán los presupuestos?
¿Se abstendrán de mentirnos los politicachos que tenemos? (¿Se extinguirá la clase política por pura incompetencia o consumida por su propia demagogia?) ¿Se acabará de una vez por todas con la corrupción, promovida en la mayoría de los casos por políticos de uno y otro signo?
¿Se apagarán los jueces estrella? ¿Se los tragará agujero negro?
¿Será justa la justicia? ¿Serán sensatos los jueces y les dominará el sentido común?
¿Se encontrará petróleo en Almería o aguas canarias? ¿O en la bahía de Cádiz?
¿Se acabará con ETA de una vez por todas?
¿Disminuirán los accidentes de tráfico? ¿Se eliminará la llamada violencia de género?
¿Llegará la paz al mundo? ¿Se acabará con el hambre y terribles enfermedades?
Preguntas, preguntas, preguntas que sólo implican profundos deseos, pero a las que me temo hay una sola respuesta: no. Es lamentable.
A pesar de todo, y a pesar de mi falta de esperanza, ¡FELIZ 2010 a todos!