Bienvenido a este mi cuaderno de bitácora

Querido visitante: gracias por pasar por aquí y leerme.
Aquí encontrarás ligeros divertimentos y algunas confidencias personales, pocas.
A mí me sirve de entretenimiento y si a ti también te distrae, ¡estupendo!.
Si, además, dejas un comentario... ¡miel sobre hojuelas! Un abrazo,
Guarismo.

sábado, 4 de agosto de 2012

277. La mujer guapísima (4), en 400 palabras (ciento noventa y seis).

La mujer guapísima (4)

Era guapísima, la mujer. Ya éramos amigos. Yo estaba sentado en un banco del parque que tengo enfrente de casa, leyendo el periódico y con mi perrita Pizca sobre mis piernas (Pizca es pequeña y mimosa), cuando ella se sentó a mi lado, ansiosa. “Bueno, ¡qué!”. “¡Qué!”. “Ya lo sabe, quedamos en avanzar”. “No, quedó usted”. “Y usted, aunque no lo confesara. Se lo vi en los ojos”. “Pues… no sé, ya sabe”. “Sí, ya lo sé, está usted casado y quiere a su mujer. ¡Y qué!”. “Bueno, pues yo, verá, lo he estado pensando…”. “¿Y?”. “Pues…”. “Ya, me va a dar más excusas, o sea, me va a dar calabazas”. “No, no; no es eso, verá…”. “¿Que no? Entonces, ¿por qué no me dice que sí de una vez?”. “Que sí ¿a qué?”. “Pues a ligar, a qué va a ser”. “Quedamos en avanzar; bueno, no, quedó usted”. “Sí, en avanzar, que es ligar, ¿no? Usted me gusta”. “Ya lo sé, usted a mí también”. “Pues no se hable más. ¿Nos tuteamos?”. “Bien”. “Es un primer paso, ¿no crees?”. “¿Un primer paso?”. “Sí, para ligar”. “Pero es que yo…”. “Me estás resultando cobarde”. “Si tú lo dices…”. “Pues sí. Me estás decepcionando, además. Yo creía que te gustaba”. “Y me gustas. Estás estupenda”. “Pues vamos”. “¿Vamos? ¿A dónde?”. “A mi casa”. “¿A tu casa? ¿Y tu marido?”. “No está. Está de viaje”. “¿Y cuándo vuelve?”. “El viernes que viene”. “Ya, bien, pero…”. “¿Más peros?”. “No, bueno, sí, es que…”. “Mira, nos hemos visto ya varias veces…”. “Cuatro”. “Sí, cuatro, veo que las has contado, y nos gustamos mucho, ¿no?”. “Sí”. “Muy bien: tú me gustas, yo te gusto, tu mujer no es celosa, mi marido sí, pero no sabe que estoy ligando contigo, estoy sola en casa y ardo de deseo”. “Caramba, ¿no vas muy deprisa?”. “No. Llevo días soñando con este momento”. “¿Y la perrita?”. “Se viene con nosotros”. “Sí, bueno, ¿y qué vamos a hacer?”. “Pero eres tonto, o qué”. “¿Tonto? No, pero verás, es que yo…”. “Mira, lo deseas tanto como yo, lo leo en tus ojos”. “Si te refieres a eso, sí, es cierto, sí, me gustas, estás para comerte, sí, te deseo, pero…”. “Eres fiel a tu mujer, ¿no? ¿Ibas a decirme eso?”. “Sí”. “¿Y qué hacemos?”. “No sé”. “Sí que lo sabes”. “¿Lo sé? No, no estoy seguro”. “¿No?”.

No hay comentarios: