Bienvenido a este mi cuaderno de bitácora

Querido visitante: gracias por pasar por aquí y leerme.
Aquí encontrarás ligeros divertimentos y algunas confidencias personales, pocas.
A mí me sirve de entretenimiento y si a ti también te distrae, ¡estupendo!.
Si, además, dejas un comentario... ¡miel sobre hojuelas! Un abrazo,
Guarismo.

martes, 6 de marzo de 2012

253. Trabajar, en 400 palabras (ciento setenta y cinco).

Trabajar

Como ya conté, últimamente hago nada. Como dije también, lo divertido es que no termino y al día siguiente hago nada de nuevo. Esto ya lo publiqué basado en un chiste genial que me llegó por correo. Hay que reconocer que el chiste es ingenioso y refleja la situación de muchos, la mía en concreto. Hay un matiz que quiero resaltar: digo que hago nada, no que no hago nada. Es distinto. Que cada uno lo interprete como quiera.

Pues estaba yo muy feliz haciendo nada cuando a mi hijo y su mujer se les ocurre mandarme trabajo. Se quieren especializar en unos temas determinados dentro del mundo infinito de Internet y quieren que les eche una mano. Y, casi al mismo tiempo, qué casualidad, un amigo me pide que le remoce unas páginas web que le hicimos hace un montón de años para su empresa. Miel sobre hojuelas. Aplicaremos lo que vayamos aprendiendo a esas nuevas páginas.

Así que ahora me toca trabajar. Se acabó el hacer nada, con lo bien que me lo pasaba. Tendré que actualizarme, estudiar para aprender nuevas técnicas y, además, trabajar. Ya llevo dos días haciéndolo y me he enganchado. Hasta me he obsesionado con lo que tengo que hacer y mi conciencia se rebela si me dedico a otra cosa. Por ejemplo a esto, a escribir mi blog semanal que, por cierto, olvidé publicar este domingo, como es mi costumbre obligada, porque me obsesioné con el trabajo. Yo tengo ese problema: me obsesiono cuando algo me gusta, o me obligo a hacerlo porque quiero, y no hago otra cosa a gusto, pienso que estoy perdiendo el tiempo. Por eso no escribo, a pesar de mis propósitos, porque realmente no lo quiero hasta el punto de obsesionarme. Cuando me obsesione, escribiré.

Ahora, como empiezo a obsesionarme con este trabajo, trabajo. Y me entra ansiedad. Yo me digo que soy ya muy viejo para aprender y, además, me da una pereza infinita. Reconozco que me cuesta. Lo de la ansiedad es porque quiero empezar ya a “trabajar”, es decir, a producir, antes de estudiar, de aprender. Pero no es así. Primero, he de recordar cosas que supe y habilidades que tuve; segundo, he de aprender. Espero que me ayude eso de que “más sabe el diablo por viejo...” y poder aplicar mi experiencia pasada, que es mucha o, al menos, larga. Que así sea.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial entrada. No sabía yo que este proyecto generaba tanta ilusión... Me alegra, porque es contagiosa :)