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domingo, 12 de junio de 2011

220. Idioteces, en 400 palabras (ciento cincuenta y dos).

Idioteces

Ayer miré por la ventana y diluviaba como hacía mucho tiempo no veía. Salí a mojarme y el agua me cubría hasta las rodillas. Me gusta el agua, me gusta mojarme. La vecina del quinto llamó a la puerta para que le diera un poco de sal; le ofrecí pimienta también, pero me dijo que no, que con la sal le bastaba. Pena, que la vecina está para sal y pimienta. Las paredes están encaladas, pero la maldita humedad me las ha pintado de verde por los rincones. Tendré que darle una mano de pintura, blanca, claro. Mi ordenador cada día va más lento. Tarda en arrancar y escribe a tirones; bueno, quiero decir, que escribo yo y él lo reproduce a tirones; hace lo que le da la gana y toma decisiones por mí: eso me molesta mucho. Un día de estos lo tiro por la ventana y escribo a mano, como antaño, aunque ya no sé si sabré escribir a mano, seguro que el brazo me duele. Me dice el médico que tengo la sangre espesa y que deje de fumar. Vale. Vale. Vale. Ayer me salté un semáforo con cámara y estoy esperando la foto, la multa y los 4 puntos de carné. No duermo. Estoy hasta la coronilla de política y de políticos. No dicen ni hacen más que estupideces. Todos; me voy a borrar. Ahora tengo que ir a casa de un amigo a arreglarle su pecé. El pobre no tiene ni idea de pecés y me pide ayuda. Yo tampoco sé mucho, pero lo disimulo bien. Seguramente se lo terminaré de estropear del todo. Será divertido. Lo bueno de la historia es que, cada vez que voy a estropeárselo, me invita a vino y luego me regala una botella. Iré más veces. Hoy ha salido el sol y empieza a apuntar el calor, que vaya mes que llevamos entre la lluvia y el frío. El frío me pilló a traición y me cogí un buen catarro... ¿o fue la mojada de ayer? En la esquina de mi casa hay un autobús atascado. Un imbécil aparcó en la curva y el autobús no anda ni palante ni patrás. Lleva más de una hora haciendo maniobras y no lo consigue. Lo peor de todo es que tengo que sacar el coche y el autobús no me va a dejar. Tampoco puedo irme en autobús, claro.

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