Bienvenido a este mi cuaderno de bitácora

Querido visitante: gracias por pasar por aquí y leerme.
Aquí encontrarás ligeros divertimentos y algunas confidencias personales, pocas.
A mí me sirve de entretenimiento y si a ti también te distrae, ¡estupendo!.
Si, además, dejas un comentario... ¡miel sobre hojuelas! Un abrazo,
Guarismo.

jueves, 12 de junio de 2008

52. La prisa, en 400 palabras (treinta y una).

La prisa

Vivimos en un mundo que parece hecho con prisa. Bueno, no lo parece, fue hecho con prisa porque está lleno de imperfecciones. Y el hombre lo termina de estropear.

Cierto es que el mundo en que vivimos tiene cosas maravillosas que observar, que sentir, que disfrutar, que tocar, que oír, que degustar… que vivir. Algunas, muchas, nos las brinda la madre Naturaleza, otras, muchas también, nos las proporcionamos nosotros mismos, la humanidad.

Añado ahora que el mundo actual parece hecho para la prisa. Todo es para ya, si no para antesdeayer: en el trabajo, en casa, en la diversión a veces. Yo vivo en Madrid y sí, Madrid está hecho de tal manera que vas siempre y a todas partes con prisa. No te curan la prisa los atascos de todos los días, ni las colas allá donde vayas. Yo creo que te la incrementan.

A mí, en otro tiempo, me llamaban el “notengotiempo”, y era porque iba con prisa a todas partes y nunca tenía tiempo para nada que no tuviera planificado. Y lo planificado se retrasaba, claro, con lo cual el tiempo no cundía y las tareas se acumulaban. Trabajaba desde temprano hasta tarde, alguna noche y casi todos los sábados y domingos, al menos unas horas, para recuperar el tiempo que se me había escapado por entre los dedos de las manos durante la semana. La verdad es que en este oficio que tengo esa situación ha sido una constante durante gran parte de mi vida profesional. Cuando no era una oferta, era un problema aquí, allá o acullá, todos urgentísimos, o una reunión con clientes, o una entrevista, o una reunión de técnicos o de dirección, o una presentación que preparabas sin tiempo, o una demo que hacías sin preparar… No paraba.

Luego, en casa, cuando estaba, tenía prisa por atender a los niños, prisa por hablar con mi mujer, prisa por resolver los asuntos del día a día, prisa por tomar la más tonta de las decisiones. No sé cómo me han aguantado tanto tantos años en casa.

Ahora he llegado a la conclusión de que la prisa no es buena y que no conduce sino a hacer mal muchas cosas. Ahora me aplico el refrán “vísteme despacio que tengo prisa”. Y he ganado en calidad de vida. Cierto que, con los años, estoy más sereno, soy menos pasional, controlo mejor mis impulsos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La prisa:
Hablas de la prisa, esa que parece que ni a ti ni a mi nos ha dejado vivir. Parece como si hubieras recapacitado y ya quisieras pararte.
No te engañes, sigues viviendo con prisa, sigues prácticando el "notengotiempo".
Trabajo, skuas, futbol, tenis, blogs, hermanos, bolsa del tesoro... etc. etc.
Taitantos años, viviendo sola en compañia, taitantos años años, oyendo: te escucho, te escucho mientras tecleabas como un poseso el teclado del ordenador.
Taitantos años viviendo sola en compañia. Viviendo una soledad en compañia de una tristeza profunda, aguantandola por unos hijos que no se merecían otra cosa que cariño, unos hijos que por suerte han sido extraórdinarios.
Ahora, llevaba un par de años que de repente parecía que yo si formaba parte de tu vida, hasta que apareció la bolsa del tesoro. Mas que una bolsa del tesoro, parece un barco pirata que ha acabado con mis esperanzas, otra vez, te escucho, te escucho, mientras vuelves a teclear como un poseso, otra vez que vives una vida en la que yo no estoy, ahora no es el empresario de turno el que te pide que hagas, que hagas, que hagas, ahora son los hermanos, cambia, haz, pon, lleva, y tu mientras, te escucho, te escucho.
Ahora estoy amarrada a tierra, pero algún día volvaré, volaré tan alto que no me podrás ver y a lo mejor ese día te darás cuenta de lo que tuviste y ya no tienes.
Se acabaron las prisas, se acabó el levantarme en silencio e irme a la cocina a buscar a mi amiga la plancha, la sarten, los cacharros.

Guarismo dijo...

Querida anónima: algo sospechaba, no me has aguantado tanto en tantos años. Tienes razón. Nada puedo decirte, ni siquiera pedirte perdón, porque puede sonar a falso, ni siquiera decirte "lo siento", que puede que no lo creas.

Te he hecho vivir sola en mi relativa compañía. Enta y tantos años juntos, pero yo siempre lejos, por mi trabajo siempre intenso, por los viajes, que fueron excesivos cuando los críos eran pequeños y tú más me necesitabas, por mi squash, por mis novelas, por el deporte en la TV, por... ahora por esa www.bolsadeltesoro.com, juego que nos ha hecho soñar a los hermanos pero que a mí me ha restado tiempo, una vez más, que dedicarte.

No te valen arrepentimientos, ya lo sé. No te valen palabras que te suenen huecas. Sé que sólo te vale que esté de nuevo contigo, si aún me aceptas. Sé, creo, que me aceptas, sí, porque en enta y tantos años lo has demostrado en mil ocasiones. Soy estúpido, lo sabes, y a pesar de ello me has aguantado tanto, de alguna manera, tantos años, aunque ahora digas que no. Y no lo merezco.

No vueles sola, mi niña. Te juro que no necesito que vueles para saber lo que perdería.

Si vuelas, volemos juntos. TQUM.

Ana Pedrero dijo...

¡Ufff! Pues casi que da reparo entrar a dejar un comentario en algo tan vuestro, así que escribo deprisa para no invadir demasiado vuestra prisa doméstica en vías de solución.

Un beso a ambos.

Guarismo dijo...

Gracias, Ana, por tu prudencia... que no es necesaria, pero te lo agradezco.

Sí, en vías de solución estaban nuestras prisas domésticas, efectivamente, y solucionadas están ya. Como se dice ahora, no podía ser de otra manera... tras enta y tantos años juntos...